Llevas 5 horas de pie. Tus piernas mueren, todos tus instintos te impulsan a sentarte en el suelo, en medio del supermercado/tienda/sala de conferencias. Pero no puedes, todavía te quedan un par de horas de trabajo. Sigues de pie y tus piernas siguen sufriendo.
Si te suena esta situación, es que eres de las mías.