martes, 21 de octubre de 2014

Comienzos duros 2

Al final me contrataron para mi primera promo una Navidad. Es una época muy buena para nosotras las azafatas, porque hay cientos de promociones en los centros comerciales. Así que ya sabes, aprovecha.
Llevaba un disfraz horrible y enorme, de maestra chocolatera suiza (no digo nada y lo digo todo) y lo pasé francamente mal con esas pintas. Me han ofrecido esa misma promo más años, pero como ya he dicho alguna vez, soy perra vieja y puedo permitirme elegir.
Sin embargo, al principio una no puede ser demasiado selectiva. Lo que de verdad importa es dar el primer pasito, coger experiencia. Os aseguro que este tipo de curro es un círculo vicioso: cuanto más trabajas de azafata, más te llaman y más largas son las promociones.

La agencia en cuestión te mandaba el material a casa y además nos llamaba por teléfono a varias a la vez para hacernos una “formación telefónica”, que venía a ser leernos el briefing en voz alta.  El briefing, por si alguien en la sala no lo sabe, es la mecánica de la acción. Para promos de supermercado, suele ser un power point tirando a cutre que la agencia te manda por email, donde te explican las bondades de la marca y el producto que promocionas, el uniforme que debes llevar, a veces el comportamiento que deberías tener…

En fin, que en realidad yo estaba muy bien informada de lo que debía hacer. Pero los nervios no me dejaban ni dormir. Me acuerdo de algunas de mis dudas:

  1-¿Llevo bolso o luego no tendré donde dejarlo? –Respuesta: yo no llevo bolso. Me guardo el dni (super importante, como te lo pidan en el centro comercial y no lo tengas, NO ENTRAS), un trozo de papel y un boli (para apuntar ventas y cosas así), el móvil, un pañuelo  y un par de Smint en los bolsillos del pantalón. A veces también llevo una botellita de agua. Parece mucho trasto, pero en realidad no ocupan nada.
 Pero, vamos, en los centros comerciales hay taquillas donde puedes dejar tus cosas. Yo no las uso salvo que sea indispensable,  porque en esta primera promo que hice sí la usé… y perdí la llave. Menudo papelón, tuvieron que llamar a mantenimiento para forzar la taquilla y abrirla. Conclusión: guarda bien la llave.

2- ¿Qué c*ño es un “pantalón de vestir”? –Respuesta: A mí este tema me traía de cabeza. Para que os hagáis a la idea, mi novio dice que parezco un dibujo animado porque siempre llevo el mismo tipo de ropa desenfadada, así que no entendía yo mucho de ropajes elegantes. Total, que tuve que ir al Bershka y gastarme 35 euros (ay, dolió) en un pantaloncito de tela de vestir. Todavía lo tengo, está lleno de pelotillas.
Hoy en día he descubierto que un vaquero negro neutro (sin rotos, brillantitos o desgastados) te vale perfectamente, así que es lo que utilizo yo. Sin embargo, si quieres comprarte un pantalón de vestir, tira para Mango. Allí tienen una línea de oficina que está bien, y en rebajas te puedes surtir.

3-¿Y qué pasa cuando llegue al centro comercial? –Respuesta: como ya habrás leído en el briefing, tienes que pasar por Patrimonio. Allí los empleados (que suelen ser agentes de seguridad, al menos en el centro donde yo más trabajo) te revisan los papeles y avisan al jefe de la sección donde vayas a estar. Una vez hecho el trámite (que puede durar siglo y medio), te dan una tarjeta que te identifica como personal externo y pasas al centro comercial. El problemilla añadido es que el material no te lo hayan mandado a tu casa, sino que ande en algún rincón del almacén. Pregunta a los reponedores, que seguro que te ayudan. Puede que tu jefe de sección sea un pasota de la vida y ni aparezca a saludar, o puede que te indique dónde ponerte y de vez en cuando pase a mirar qué haces. Abundan más los pasotas, al menos según mi experiencia.

4-¿Qué es esto de sueldo bruto? ¿Cómo calculo el neto? Algunas agencias te dicen lo que te van a pagar en bruto, es decir, sin deducirle impuestos. Así que la cantidad neta (la “real”) que vas a percibir va a ser menor. Para saber más o menos la cantidad neta, réstale al bruto un 8%

5-¿ME VIGILAN? ̶ Respuesta: recuerdo que en mis primeras promos sentía que cualquier empleado del centro que pasaba por allí lo hacía para vigilarme, para evaluar mi trabajo, para llamar a la agencia y decirles que era una piltrafa inútil. Creía que la cámara que había sobre mi cabeza estaba todo el rato enfocada a mí. Un poco obsesiva. Hoy he descubierto que en los centros comerciales los empleados van a su bola. Normalmente los verás pasar sin saludarte, de lo centrados que van en sus quehaceres. Con quien tienes que tener más ojo es con los jefes de sección, porque puede tocarte alguno que la tome contigo. Y también ten en cuenta que puede aparecer un comercial de la marca para la que trabajas a echarte un ojo y preguntarte qué tal. Por mi experiencia, suelen ser muy majos.

Con esto quiero decirte que por supuesto que estás controlada, pero no de forma intensiva. Con que estés en tu sitio y no hagas nada fuera de lo normal, no vas a tener problemas.



Por cierto, trabajé muchas más veces con esa agencia en otras promociones. Así que, ya sabes: si lo haces bien, probablemente te llamarán más.

lunes, 6 de octubre de 2014

Comienzos duros 1

No sé cómo otras entraron en este mundillo, pero en mi caso fue porque estaba harta de la hostelería. He trabajado frecuentemente de camarera, tanto nocturna como diurna, y siempre supe que lo mío no era aquello.  Mi última experiencia fue muy mala: el jefe me explotaba y me humillaba delante de los clientes y ni siquiera tenía contrato, y una no está hecha para aguantar tanta mierda. Lo dejé plantado y al día siguiente una inspección de trabajo se pasó por el local y le puso un multazo. ¿Karma, venganza? Eso lo dejo a vuestra elección.

Pero divago, decía que me cansé de ese tipo de curro. Y entonces descubrí Yobalia y su foro, que me fue muy útil para aprender sobre agencias y tipos de eventos, pero hoy en día está invadido por el spam. Y me dije: bueno, tengo experiencia en atención al público. Probemos. Y me apuntaba en todas las ofertas que salían. Por otro lado, vivo en una ciudad enana, así que no eran muchas.

Pasaron varios meses sin que me llamaran. En mi cabeza se cruzaban ideas como que no era suficientemente alta o guapa, que era un despojo humano y que nunca me llamarían. Con el tiempo, he descubierto que la razón es simplemente que era una chica desconocida y sin experiencia. Esto es así, las agencias prefieren tirar de azafatas que conozcan o que tengan experiencia en el sector. Es una putada si quieres encontrar tu primer trabajillo, pero una bendición si ya vives de esto. Así que, si estás tratando de meter tu cabeza aquí, ten paciencia. O mejor, ten una amiga azafata que te pueda recomendar cuando su agencia busque cubrir una vacante.

Consejo final: cuando salga una oferta, pongamos en Yobalia, apúntate RÁPIDO. Sé de las primeras en hacerlo, así tendrás más posibilidades de que miren tu currículum. No puedo estar segura de esto, pero sospecho que las agencias empiezan a mirar candidaturas en orden, y paran en cuanto encuentran una que les gusta. Así que las que se apuntaron después de ella se quedan sin opciones.

Y en estas nos quedamos hoy: me apuntaba a las (escasas) ofertas que publicaban en Yobalia, pero que era ignorada vilmente. Seguiremos otro día.