Al final me contrataron para mi primera promo una Navidad. Es
una época muy buena para nosotras las azafatas, porque hay cientos de
promociones en los centros comerciales. Así que ya sabes, aprovecha.
Llevaba un disfraz horrible y enorme, de maestra chocolatera
suiza (no digo nada y lo digo todo) y lo pasé francamente mal con esas pintas.
Me han ofrecido esa misma promo más años, pero como ya he dicho alguna vez, soy
perra vieja y puedo permitirme elegir.
Sin embargo, al principio una no puede ser demasiado
selectiva. Lo que de verdad importa es
dar el primer pasito, coger experiencia. Os aseguro que este tipo de curro
es un círculo vicioso: cuanto más trabajas de azafata, más te llaman y más
largas son las promociones.
La agencia en cuestión te mandaba el material a casa y
además nos llamaba por teléfono a varias a la vez para hacernos una “formación
telefónica”, que venía a ser leernos el briefing en voz alta. El briefing, por si alguien en la sala no lo
sabe, es la mecánica de la acción. Para promos de supermercado, suele ser un
power point tirando a cutre que la agencia te manda por email, donde te
explican las bondades de la marca y el producto que promocionas, el uniforme
que debes llevar, a veces el comportamiento que deberías tener…
En fin, que en realidad yo estaba muy bien informada de lo
que debía hacer. Pero los nervios no me dejaban ni dormir. Me acuerdo de
algunas de mis dudas:
1-¿Llevo bolso o luego no tendré donde
dejarlo? –Respuesta: yo no llevo bolso. Me guardo el dni (super importante, como te lo pidan en el centro comercial y no
lo tengas, NO ENTRAS), un trozo de papel y un boli (para apuntar ventas y cosas
así), el móvil, un pañuelo y un par de
Smint en los bolsillos del pantalón. A veces también llevo una botellita de
agua. Parece mucho trasto, pero en realidad no ocupan nada.
Pero, vamos, en los
centros comerciales hay taquillas donde puedes dejar tus cosas. Yo no las uso
salvo que sea indispensable, porque en
esta primera promo que hice sí la usé… y perdí la llave. Menudo papelón,
tuvieron que llamar a mantenimiento para forzar la taquilla y abrirla.
Conclusión: guarda bien la llave.
2- ¿Qué c*ño es un
“pantalón de vestir”? –Respuesta: A mí este tema me traía de cabeza. Para
que os hagáis a la idea, mi novio dice que parezco un dibujo animado porque
siempre llevo el mismo tipo de ropa desenfadada, así que no entendía yo mucho
de ropajes elegantes. Total, que tuve que ir al Bershka y gastarme 35 euros
(ay, dolió) en un pantaloncito de tela de vestir. Todavía lo tengo, está lleno
de pelotillas.
Hoy en día he descubierto que un vaquero negro neutro (sin
rotos, brillantitos o desgastados) te vale perfectamente, así que es lo que
utilizo yo. Sin embargo, si quieres comprarte un pantalón de vestir, tira para
Mango. Allí tienen una línea de oficina que está bien, y en rebajas te puedes
surtir.
3-¿Y qué pasa cuando
llegue al centro comercial? –Respuesta: como ya habrás leído en el
briefing, tienes que pasar por Patrimonio. Allí los empleados (que suelen ser
agentes de seguridad, al menos en el centro donde yo más trabajo) te revisan
los papeles y avisan al jefe de la sección donde vayas a estar. Una vez hecho
el trámite (que puede durar siglo y medio), te dan una tarjeta que te
identifica como personal externo y pasas al centro comercial. El problemilla
añadido es que el material no te lo hayan mandado a tu casa, sino que ande en
algún rincón del almacén. Pregunta a los reponedores, que seguro que te ayudan.
Puede que tu jefe de sección sea un pasota de la vida y ni aparezca a saludar,
o puede que te indique dónde ponerte y de vez en cuando pase a mirar qué haces.
Abundan más los pasotas, al menos según mi experiencia.
4-¿Qué es esto de
sueldo bruto? ¿Cómo calculo el neto? Algunas agencias te dicen lo que te
van a pagar en bruto, es decir, sin deducirle impuestos. Así que la cantidad
neta (la “real”) que vas a percibir va a ser menor. Para saber más o menos la
cantidad neta, réstale al bruto un 8%
5-¿ME VIGILAN? ̶
Respuesta: recuerdo que en mis primeras promos sentía que cualquier empleado
del centro que pasaba por allí lo hacía para vigilarme, para evaluar mi
trabajo, para llamar a la agencia y decirles que era una piltrafa inútil. Creía
que la cámara que había sobre mi cabeza estaba todo el rato enfocada a mí. Un
poco obsesiva. Hoy he descubierto que en los centros comerciales los empleados
van a su bola. Normalmente los verás pasar sin saludarte, de lo centrados que
van en sus quehaceres. Con quien tienes que tener más ojo es con los jefes de
sección, porque puede tocarte alguno que la tome contigo. Y también ten en
cuenta que puede aparecer un comercial de la marca para la que trabajas a
echarte un ojo y preguntarte qué tal. Por mi experiencia, suelen ser muy majos.
Con esto quiero decirte que por supuesto que estás
controlada, pero no de forma intensiva. Con que estés en tu sitio y no hagas
nada fuera de lo normal, no vas a tener problemas.
Por cierto, trabajé muchas más veces con esa agencia en
otras promociones. Así que, ya sabes: si lo haces bien, probablemente te
llamarán más.