1.¿Te gusta la ropa
“de marca”? Felicidades, este es tu trabajo. Vas a tener decenas de
camisetas, gorras e incluso vestidines con el logo de la marca que promocionas
en letras bien gordas. Lo malo es que a veces las tallas no tienen lógica y una
S puede quedarte como una XL y viceversa. Y un plus, aparte de ropa, si la agencia te
manda el material a casa podrás quedarte con las “sobras”: servilletas, vasos
de plástico, carritos, globos…
2. ¿No te gusta salir
los fines de semana? La mayoría de
promociones y eventos suelen caer en viernes y sábado, así que ya tienes una
excusa para que tus amigas no crean que eres una abuelita antisocial: “Estoy
cansada… muchas horas de pie”. Por otro lado, es un trabajo que se compagina
perfectamente con los estudios.
3. ¿Te gusta meditar
en tus ratos libres? Entonces, las promos en supermercados son tu trabajo
ideal. Salvo épocas contadas (Navidad, especialmente) a las 17.00 horas no pasa
ni un alma por allí, ya has montado tu stand y no tienes nada que hacer
y encima estás trabajando sola; así que puedes abstraerte y pensar en quién
eres y hacia dónde vas mientras los minutos pasan leeeentamente.
4. ¿Te gusta la
independencia económica (más o menos) pero eres una sufrida estudiante? Bueno,
¿a quién no le gusta tener su propia pasta? Sin embargo, un trabajo a jornada
completa o incluso parcial es demasiado absorbente. Pero, dado que eventos y
promos son de corta duración y suelen caer en finde, puedes trabajar todo el
año de azafata y al mismo tiempo seguir estudiando. Tendrás la satisfacción de
no ser el típico hijo que le pide la paga cada semana a sus papis.
Pero ten en cuenta que éste no es un trabajo con el que te
hagas de oro. Yo, con lo que gano con esto, no podría independizarme ni de
coña. Hay promos mejor pagadas que otras, pero en general no vas a ganar más de
10 euros netos/hora.
5. ¿Te aburre la
rutina? Hay promociones más aburridas que otras, eso es de cajón. Pero
nunca serán iguales: en una das a degustar kiwis, en otra regalas balones de
playa y los niños te rodean, en otra haces café espresso y se te llena el stand
de jubilados gorrones, en otras estás en la calle regalando cromos… y cada
Congreso es distinto también: el tema de las ponencias, el lugar, tus funciones.
Así que el mundo del azafateo es bastante variado.
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